¿Qué pasa en América Latina?

Por: Félix Moreno

La victoria de Lula Da Silva, en Brasil, frenó que la derecha radical de recobre impulso en Sudamérica contrarrestando en gran medida la derecha. Si vemos los últimos acontecimientos políticos en la región hasta el pasado 19 de junio, Colombia era el único país donde la izquierda nunca había ganado. Por eso, las elección
de Gustavo Petro ha sido leída como un nuevo giro de la izquierda en la región. Si vemos el triunfo de Lula, podemos decir que es la nueva ola roja donde solo se exceptúa Ecuador.
Durante la pasada década, la primera oleada roja de izquierda y se conoció como “el socialismo del siglo XXI”, y estuvo representada por Hugo Chávez, Evo Morales y Rafael Correa, entre otros. Todos ellos tuvieron iniciativas de integración a partir de su afinidad
ideológica y de una visión más regional al margen de los Estados Unidos, pero existió un declive de esta opción y llego el fin de esta ideología.
En Argentina, ganó Mauricio Macri, en Ecuador; Guillermo Lazo entre otros, en Chile; las políticas de Piñera fueron el lobby de entrada de la izquierda con el presidente Boris, así Perú, Colombia y ahora el gigante de América del Sur, Brasil, a lo que me lleva a la hipótesis que la izquierda se replanteó nuevas estrategias logran tomar el control total
de América del Sur. Será posible que las fortalezas narrativas de las ideas liberales o de derecha y sus capacidades de seducción social se ha debilitado profundamente.
Lo mismo que la institucionalidad que soporta la democracia conservadora en la que se inspire los ciudadanos hasta el punto de que hoy las sociedades democráticas parecen decididas a dejarse arrastrar por un populismo que haciéndose estructural y verse como
la única salida posible a las incertidumbres y angustias que plantea el nuevo horizonte del milenio.
En este sentido, la derecha solo tiene dos cosas que hacer, o acepta su derrota y asume que su tiempo pasó o refundarse y abordar reunificación política del relato de si mismo.
Ésto último, seria posible si replantean sus políticas y avanzan a una política menos blandengue y capitalizar la confianza del ciudadano.
En Venezuela y en el estado Apure, debemos reunificar y ver en que fallamos para lograr la confianza de los ciudadanos que hoy no quieren nada por los errores políticos cometidos los últimos años, como eliminar la figura de G4 que no es mas que un grupo
minoritario que se creen dueños y representante de la «UNIDAD» dividida que existe y no logra convencer al elector, yo creo firmemente que es hora de refrescar las ideas y mostrar nuevos líderes que estén mas con el ciudadano y menos con el sectarismo y clasismo del G4.